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La Relación entre la Visión, la Genética y los Hábitos: Un Enfoque desde el Método Feldenkrais

  • Foto del escritor: Aimará Osío
    Aimará Osío
  • 26 jun 2015
  • 4 Min. de lectura

Actualizado: 22 mar

Durante mucho tiempo, la visión y los problemas visuales se consideraron principalmente una cuestión genética. Se pensaba, por ejemplo, que la miopía se heredaba y que la genética jugaba un papel fundamental en el deterioro de la vista. Sin embargo, figuras pioneras como William H. Bates y Moshe Feldenkrais desafiarían esta creencia. Ambos compartían la idea de que, aunque la genética puede tener cierto impacto, los hábitos visuales y la forma en que utilizamos nuestros ojos son factores mucho más determinantes en los problemas de visión.


La Perspectiva de Bates y Feldenkrais


Tanto Bates como Feldenkrais observaron que la miopía y otros problemas de visión no necesariamente se deben a un fallo genético, sino a patrones de uso incorrecto y hábitos visuales inadecuados. Uno de los factores principales que influye en la visión es el tono muscular del ojo. En el caso de la miopía, los músculos que controlan el enfoque ocular tienden a estar demasiado tensos, lo que dificulta la capacidad de los ojos para ajustarse y ver con claridad a diferentes distancias.


Para contrarrestar esto, Bates y Feldenkrais desarrollaron ejercicios y secuencias de movimiento específicos que no solo mejoraban la agudeza visual, sino que también ayudaban a reducir la necesidad de gafas, y en algunos casos, incluso permitían a las personas dejar de usarlas. La práctica regular de estos métodos permite reducir la tensión muscular y mejorar el control ocular, lo que puede llevar a una mejora significativa en la visión.


La Influencia de la Cultura y los Hábitos en la Visión


Una de las grandes aportaciones de Bates fue reconocer que la cultura y los hábitos de vida tienen un impacto profundo en la salud visual. Por ejemplo, en su investigación, Herman Cohn, un oftalmólogo alemán, observó en 1867 que, a medida que los niños avanzaban en su escolaridad y leían más, el número de casos de miopía aumentaba considerablemente. Cohn estudió a más de 10,000 niños, y descubrió que el aumento de la lectura estaba directamente relacionado con el deterioro de la visión, lo que sugiere que la sobrecarga visual podría tener efectos perjudiciales a largo plazo.


Otro ejemplo relevante proviene de Israel, donde los niños de familias judías ultraortodoxas comienzan a estudiar el Torah desde una edad muy temprana. A lo largo del tiempo, casi todos los niños de estas comunidades terminan necesitando gafas. Este fenómeno es similar a lo que ocurre en Asia, donde, en los últimos 100 años, el uso de gafas se ha disparado, afectando al 70% de la población debido a la intensa presión escolar que requiere largas horas de lectura.


Neuroplasticidad y Visión


Un dato importante es que estos cambios en la prevalencia de problemas visuales no pueden explicarse por genética en su totalidad. Los cambios neuroplásticos en el cerebro juegan un papel crucial. La neuroplasticidad es la capacidad del cerebro para reorganizarse en respuesta a nuevos aprendizajes y experiencias, lo que significa que, a medida que cambiamos nuestros hábitos visuales, también estamos reprogramando la forma en que nuestro cerebro procesa la información visual.


Estos avances en la neurociencia demuestran que, al modificar nuestros patrones de uso de los ojos, podemos influir en la estructura y función del cerebro, lo que a su vez mejora nuestra visión. Por ejemplo, los métodos como los de Feldenkrais utilizan secuencias de movimientos suaves para liberar la tensión muscular y facilitar un uso más eficiente de los ojos, permitiendo que el cerebro se adapte a una forma más saludable de procesar la información visual.


La Experiencia del Método Feldenkrais en la Mejora de la Visión


Aquellos que practicamos regularmente el Método Feldenkrais sabemos que los beneficios van mucho más allá de la mejora de la vista. Las sesiones no solo ayudan a mejorar la agudeza visual, sino que también optimizan la coordinación, el movimiento, y la sensibilidad corporal. Este enfoque integral permite a los participantes mejorar cómo se orientan, se mueven y se sienten en su cuerpo, favoreciendo una experiencia de vida más plena y saludable.


Si te interesa mejorar tu vista, descansar tus ojos, y desarrollar tu potencial de manera global, el Método Feldenkrais te ofrece herramientas para hacerlo. Los beneficios incluyen una mejora en la postura, la reducción de la tensión muscular y una mejor integración de los movimientos. Y todo esto se traduce en una visión más clara y menos dependiente de gafas o lentes de contacto.


Si estás listo para transformar tu visión y disfrutar de una mejor calidad de vida, contáctame hoy mismo y descubre cómo el Método Feldenkrais puede ayudarte. ¡Te espero en mis clases!


Modalidades de Trabajo


Si estás interesado en mejorar tu visión y bienestar general, puedes elegir la modalidad de trabajo que mejor se adapte a tu ritmo de vida:


  • Clases privadas

  • Clases presenciales online

  • Talleres y clases en tu empresa, centro de salud/bienestar, o en tu ciudad


Fuentes:


  • Doidge, Norman. El cerebro que se cambia a sí mismo.

  • Bates, William H. La visión natural: cómo aliviar y corregir los problemas oculares sin gafas ni cirugía.

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